En cuanto al fondo, se trata de una descripción brevísima de alguna escena, vista o imaginada. No conozco mejor definición que la que dio el propio Basho: «Jaiku es simplemente lo que está sucediendo en este lugar, en este momento».
Cada uno de los cuatro grandes poetas de jaiku adopta sobre el particular una posición distinta. Para Basho el jaiku era ciertamente una escesis a lo Zen. Para Buson, un arte cuyo fin era la belleza. Para Issa, una efusión emotiva de su humanísima y franciscana ternura hacia personas, animales y cosas. Para Shiki, admirador de Buson, una forma literaria y nada más".
BASHO
Un viejo estanque.
Se zambulle una rana:
ruido de agua.
Se va la primavera.
Lloran las aves, y son lágrimas
los ojos de los peces.
Muévete, tumba,
que mis gemidos son
viento de otoño.
BUSON
La repudiada
pisa sobre su orgullo
y planta arroz.
Los días lentos
se apilan, evocando
un viejo antaño.
Blanco rocío.
Cada púa en la zarza
tiene una gota.
ISSA
Viento de otoño.
Un mendigo me mira,
comparativo.
Donde haya hombres,
habrá moscas, y habrá
Budas también.
Estoy aquí
por estar, y la nieve
sigue cayendo.
SHIKI
Viento otoñal.
Y yo no tengo dioses
ni tengo Budas.
Campo de escarcha.
A la loca del pueblo
le ladra un perro.
¿Por cuántas veces
la hondura de la nieve
indagué yo?
(Extraído de Jaikus inmortales, con selección, traducción y prólogo de Antonio Cabezas, Hiperión, 1983)