lunes, 14 de septiembre de 2015

Haiku (dos). TOMAS TRANSTRÖMER


Cables de alta tensión
en el reino del río extendidos
al Norte de la música.

El sol blanco
se estrena solitario hacia
las montañas azules de la muerte.

Tenemos que vivir
con la nítida hierba
y las risas del sótano.

Ahora está el sol bajo.
Nuestras sombras, gigantes.
Pronto, todo será sombra.


("En la década de los ochenta Traströmer, un poeta ya mundialmente conocido, afina el elemento débil, pasivo, receptivo, yin. Adelgaza la escritura diarística hasta convertir el poema en un trazo que da a lo contingente cualidades de milagro. Se acerca al haiku. Aunque Tranströmer escribió haikus desde los años cincuenta, estos permanecieron inéditos. A partir de La plaza salvaje (1983), la reducción, la asombrosa economía y plasticidad de la estrofa japonesa, se convierte en un modelo compositivo, si no dominante, pues Tranströmer no es un poeta de un solo registro, sí cada vez más consciente. Se siente cómodo en el acercamiento a la vida limpio de retórica que proporciona el haiku". Roberto Mascaró, del prólogo a la antología El cielo a medio hacer, Nórdica Libros, 2010.)

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