jueves, 25 de febrero de 2016

domingo, 21 de febrero de 2016

Julio Cortázar (dos)


PARA LEER EN FORMA INTERROGATIVA

Has visto,
verdaderamente has visto
la nieve, los astros, los pasos afelpados de la brisa...
Has tocado,
de verdad has tocado
el plato, el pan, la cara de esa mujer que tanto amás...
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante, el jadeo, la caída, la fuga...
Has sabido
con cada poro de la piel, sabido
que tus ojos, tus manos, tu sexo, tu blando corazón
había que tirarlos
había que llorarlos
había que inventarlos otra vez.


["Saúl Yurkievich realizó el esfuerzo de reunir todos los textos poéticos (más de 750 páginas) incluso los dispersos entre libros de prosa como El examen (1950), Historias de cronopios y de famas (1962) y, sobre todo, Último round (1969), entre varios más. El primer poemario, Presencia, integrado por sonetos, publicado con el seudónimo de Julio Denis en 1938, marcó el inicio de un empeño por no alejarse nunca de la palabra poética formal. En 1949 dio a conocer Los reyes, un poema dramático que no se menciona mucho en sus recuentos bibliográficos. En 1971 apareció Pameos y meopas, una antología de textos escritos entre 1944 y 1958. Finalmente, en 1984 (publicado tres meses después de su muerte), Salvo el crepúsculo (título tomado de un haikú de Matsúo Basho) reunió la casi totalidad de sus poemas". Julio Cortázar: poesía lúdica y experimental].

lunes, 15 de febrero de 2016

Julio Llamazares


13

Yo no recuerdo sino el sabor de la duda como un alud de fresas sobre las blandas escamas de mi boca.

He olvidado el lugar donde las nieves más azules consiguen resistirse a su abandono.

He olvidado ya hace tiempo la dócil lentitud de los molinos.

Mucho antes de la hora de los vagabundos y a través de arboledas heladas caminé largamente hacia la mansedumbre. Busqué los prados donde pastan los bueyes más antiguos.

Rocas más amarillas que el silencio puse sobre mi incertidumbre. Rocas más dilatadas que algodón.

Y no quedó otra cosa que la duda fluyendo dulcemente, como nata derretida.

Yo no sé si, después de la muerte, alguien vendrá a dormirme con leyendas aprendidas en lugares lejanos.

Yo no sé si el aguacero de la nada apagará los hornos de la mendicidad.

Pero es seguro que palabras absolutas, más absolutas que vasijas de aceite derramadas, me estarán esperando al otro lado del olvido.

Y entre esas voces acuñadas sobre moldes de arcilla y certidumbre, mi voz sonará extraña como tomillo arraigado en las cuestas del amor.

Mi voz será como un paréntesis de duda.

(De La lentitud de los bueyes, 1979)

("Durante años, los que van de la publicación de mi segundo y último libro de poesía de 1982 a hoy, me han preguntado cientos de veces por qué dejé de escribir poesía. Cada vez he dado una respuesta diferente, sin que ninguna -debo reconocerlo- me convenciera del todo a mí mismo. A día de hoy, sigo sin tener muy clara la razón exacta, quizá porque no hay ninguna. El misterio de la poesía es igual de inexplicable cuando surge que cuando desaparece". Del prólogo a Versos y ortigas (Poesía 1973-2008), Ediciones Hiperión, 2009.)

lunes, 8 de febrero de 2016

THE FOOL ON THE HILL

Día tras día, solo en una colina
El hombre de ridícula sonrisa permanece perfectamente inmóvil
Pero nadie quiere conocerlo
Piensan que está loco
Y él nunca responde
Pero el loco de la colina
Ve ponerse el sol
Y los ojos en su cabeza
Ven el mundo girando

Avejentado, la cabeza en las nubes
El hombre de las mil voces habla perfectamente alto
Pero nadie le oye
Ni siquiera el sonido que parece hacer
Y él nunca parece darse cuenta
Pero el loco de la colina
Ve ponerse el sol
Y los ojos en su cabeza
Ven el mundo girando

Y a nadie parece gustarle
Pueden adivinar sus intenciones
Y él nunca muestra sus sentimientos
Pero el loco de la colina
Ve ponerse el sol
Y los ojos en su cabeza
Ven el mundo girando

Girando y girando y girando
El nunca les escucha
Sabe que los locos son ellos
Y a ellos no les gusta
Pero el loco de la colina
Ve ponerse el sol
Y los ojos en su cabeza
Ven el mundo girando.

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Day after day alone on the hill
The man with the foolish grin is keeping perfectly still
But nobody wants to know him
They can see that he's just a fool
And he never gives an answer
But the fool on the hill
Sees the sun going down
And the eyes in his head
See the world spinning around
Well on his way his head in a cloud
The man of a thousand voices talking percetly loud
But nobody ever hears him
Or the sound he appears to make
And he never seems to notice
But the fool on the hill
Sees the sun going down
And the eyes in his head
See the world spinning around
And nobody seems to like him
They can tell what he wants to do
And he never shows his feelings
But the fool on the hill
Sees the sun going down
And the eyes in his head
See the world spinning around
Round and round and round
He never listens to them
He knows that they're the fools
The don't like him
But the fool on the hill
Sees the sun going down
And the eyes in his head
See the world spinning around.


                         Paul McCartney (Magical Mystery Tour, 1967)

martes, 2 de febrero de 2016

Julio Cortázar


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

(De Rayuela, capítulo 7)


["Es el único capítulo que queda encerrado en el mismo orden entre capítulos en una y otra forma de leer el libro. En la manera corriente sigue, lógicamente, al capítulo 6 y precede al capítulo 8. Exactamente igual que en la versión extendida, cosa que no ocurre con ningún otro capítulo, viéndose el lector obligado a saltar después de dos capítulos seguidos obligadamente a otro. Tal vez se trate solo de un azar, algo que sería muy cortazariano, a lo que Horacio Oliveira se hubiese empeñado en extraerle un oculto significado, y que la Maga hubiese desconsiderado como una simple y bonita casualidad". Por Ulises Argandona, en Drugstore. Magazine cultural].